A letter from Sep 1st, 2021

Querida futura yo, parece que siempre te escribo cuando estoy desencajada. Es agosto, la primavera es inminente, el jazmín ya florecio y los árboles tienen yemas en sus ramas desnudas. No obstante hoy llegó la tormenta de Santa Rosa, refrescó y llueve con bronca. En el balcón tintinea el tender de medias y bombchas y ahora que abrí la ventana escucho el sonido áspero del caucho que se despega del asfalto mojado. Puedo decirte que la estoy peleando, inspirada en Marié curie, para hacerme mi lugar. Sin dudas hay que apretar los dientes y no esperar que nadie te regale nada. Hay que ser humildes pero con Dios o con el paciente no con machos neurocirujanos, siempre paternalistas y subestimandonos. Siento que todo es una fúria, que las semanas corren atropellandose y que el almanaque se despluma en un abrir y cerrar de ojos, o en una sístole díastole. Quizás haya que volver a las bases, lo que siempre hizo bien, esa Almohada, ese trampolín, ese abrazo que es el arte en cualquiera de sus nobles y expresiones: literatura, música, pintura. Nunca seremos robots aunque pretendamos optimizar engranajes y reducir tiempos mejorando la productividad. Siempre atrás de las costillas del pragmatismo social estará ese alma pidiendo lo otro, lo que no se paga ni se vende, la conexión con eso superior y abarcador, la belleza escondida en cada cosa y cada ser. Entonces es mandatorii parar, levantar la cabeza, mirar a los ojos. Dejarse llevar por el ocio, no hacer nada, rebelarnos contra la productividad. Ojo! No pienses que te estoy adoctrinando, esto no es con vos, es conmigo. En realidad estoy hablando con mi querida presente yo que necesita estos tips mas que nadie. Me gustaría despedirme con alguna frase pero no se me ocurre nada que comulgue los 2 conceptos principales de mi mail: - darle para delante con convicción en mi misma en mi especialidad - darte tiempo para parar. Te quiero